Bogavante
Mariscos
Cuando se trata de comer sano, cualquiera de los diferentes tipos de mariscos son una de las opciones más populares. Desde el sashimi hasta la platija al vapor, el marisco tiene mucho que ofrecer. Pero, ¿Cuáles son los beneficios específicos para la salud de este popular alimento básico? Siga leyendo para descubrirlo.
Langosta
Langostino
¿Qué son los mariscos?
Los mariscos son invertebrados marinos. Independientemente de su especie, todos los mariscos poseen una serie de cualidades nutritivas para el organismo humano. Por eso se recomienda comerlos al menos tres veces por semana, alternándolos con otros alimentos de origen animal (huevos, carne, lácteos) y vegetal (legumbres, cereales, leguminosas, fruta fresca y seca y frutos secos).
Las principales proteínas que aporta el marisco incluyen ácidos grasos omega 3 y 6, así como toda una gama de vitaminas y minerales necesarios para el desarrollo del organismo.
Los moluscos son invertebrados porque, a diferencia de los peces, no tienen esqueleto. Su cuerpo blando está protegido por un caparazón.
Diferentes tipos de Mariscos
Crustáceos
Los crustáceos tienen un caparazón duro que protege su cuerpo y la mayoría tiene patas (las delanteras suelen tener forma de garra). Entre los crustáceos se encuentran las langostas, los cangrejos de río, los cangrejos, las cigalas y los bogavantes.
Moluscos
Tienen un caparazón duro y calcificado que protege su cuerpo sin esqueleto. Los moluscos son las ostras, los mejillones, las almejas y los berberechos. Sin embargo, también hay moluscos que no tienen concha pero sí tentáculos alrededor del cuerpo: pulpos, calamares y sepias.
Equinodermos
A diferencia de los crustáceos y los moluscos, los equinodermos son invertebrados, pero tienen espinas móviles. Los erizos de mar pertenecen a este tipo de marisco.
Propiedades y beneficios del Marisco
Rico en nutrientes esenciales
El pescado contiene muchos nutrientes de los que carece la mayoría de la gente.
Entre ellos, proteínas de alta calidad, yodo y diversas vitaminas y minerales.
Las especies ricas en grasa se consideran a veces las más sanas. Esto se debe a que los pescados grasos, como el salmón, la trucha, las sardinas, el atún y la caballa, son más ricos en nutrientes de origen graso.
Esto incluye la vitamina D, un nutriente liposoluble del que muchas personas son deficientes.
El pescado azul también contiene ácidos grasos omega-3, que son importantes para el funcionamiento óptimo del cuerpo y el cerebro y están estrechamente relacionados con la reducción del riesgo de muchas enfermedades.
Para satisfacer sus necesidades de ácidos grasos omega-3, se recomienda comer pescado azul al menos una o dos veces por semana. Si eres vegano, opta por suplementos de omega-3 elaborados a partir de microalgas.
Puede reducir el riesgo de infarto de miocardio e ictus
El infarto de miocardio y el ictus son las dos principales causas de muerte prematura en todo el mundo.
El pescado está considerado uno de los alimentos más saludables para el corazón.
No en vano, muchos estudios observacionales a gran escala demuestran que las personas que comen pescado con regularidad tienen un menor riesgo de infarto de miocardio, ictus y muerte por enfermedad cardiaca.
En un estudio realizado con más de 40.000 hombres en EE.UU., los que consumían regularmente una o más raciones de pescado a la semana tenían un riesgo un 15% menor de sufrir enfermedades cardiacas.
Los investigadores creen que el pescado azul es aún más beneficioso para la salud del corazón debido a su alto contenido en ácidos grasos omega-3.
Contiene nutrientes importantes para el desarrollo
Los ácidos grasos omega-3 son importantes para el crecimiento y el desarrollo.
El ácido docosahexaenoico (DHA), una grasa omega-3, es especialmente importante para el desarrollo del cerebro y los ojos.
Por este motivo, a menudo se recomienda que las mujeres embarazadas y en periodo de lactancia consuman cantidades suficientes de ácidos grasos omega-3.
Sin embargo, algunos pescados contienen altos niveles de mercurio, que se asocia a un desarrollo cerebral deficiente.
Por tanto, las mujeres embarazadas deben consumir únicamente pescado con bajo contenido en mercurio, como el salmón, las sardinas y la trucha, y no superar los 340 gramos (12 onzas) a la semana.
También deben evitar el pescado crudo y sin cocinar, ya que puede contener microorganismos que pueden dañar al feto.
Puede favorecer la salud cerebral
La función cerebral suele disminuir con la edad.
Aunque un ligero deterioro mental es normal, también existen enfermedades neurodegenerativas graves, como la enfermedad de Alzheimer.
Muchos estudios observacionales demuestran que el deterioro mental es más lento en las personas que comen más pescado.
Los estudios también demuestran que las personas que comen pescado semanalmente tienen más materia gris -el principal tejido cerebral funcional- en las partes del cerebro que regulan las emociones y la memoria.
Puede ayudar a prevenir y tratar la depresión
La depresión es un trastorno mental generalizado.
Se caracteriza por un estado de ánimo depresivo, tristeza, poca energía y pérdida de interés por la vida y las actividades.
Aunque no se hable tanto de ella como de las cardiopatías o la obesidad, la depresión es actualmente uno de los mayores problemas de salud del mundo.
Los estudios han demostrado que las personas que comen pescado con regularidad tienen muchas menos probabilidades de sufrir depresión.
Numerosos estudios controlados demuestran también que los ácidos grasos omega-3 ayudan a combatir la depresión y aumentan significativamente la eficacia de los antidepresivos.
El pescado y los ácidos grasos omega-3 también pueden ser útiles para otras enfermedades mentales, como el trastorno bipolar.
Una buena fuente dietética de vitamina D
La vitamina D actúa en el organismo como una hormona esteroidea, y el 41,6% de la población estadounidense presenta un déficit o un nivel bajo de vitamina D.
El pescado y el marisco se encuentran entre las mejores fuentes de vitamina D de la dieta. Los pescados grasos como el salmón y el arenque contienen las mayores cantidades de vitamina D.
Una sola ración de 113 gramos (4 onzas) de salmón cocido proporciona aproximadamente el 100 por cien de la dosis recomendada de vitamina D.
Algunos aceites de pescado, como el de hígado de bacalao, también son muy ricos en vitamina D y aportan más del 200% del valor diario en una sola cucharada sopera (15 ml).
Si no recibe mucha luz solar y no consume pescado azul con regularidad, debería plantearse tomar un suplemento de vitamina D.
Puede reducir el riesgo de enfermedades autoinmunes
Las enfermedades autoinmunes, como la diabetes tipo 1, se producen cuando el sistema inmunitario ataca por error y destruye tejido corporal sano.
Varios estudios relacionan el consumo de ácidos grasos omega-3 o aceite de pescado con un menor riesgo de diabetes tipo 1 en niños y de una forma de diabetes autoinmune en adultos.
Los ácidos grasos omega-3 y la vitamina D que contienen el pescado y el aceite de pescado pueden ser los responsables de este fenómeno.
Algunos expertos creen que comer pescado también puede reducir el riesgo de artritis reumatoide y esclerosis múltiple, pero las pruebas actuales son débiles en el mejor de los casos.
Puede ayudar a prevenir el asma infantil
El asma es una enfermedad común caracterizada por la inflamación crónica de las vías respiratorias.
La incidencia de esta enfermedad ha aumentado drásticamente en las últimas décadas.
Los estudios demuestran que el consumo regular de pescado reduce el riesgo de asma en un 24% en los niños, pero no se ha observado ningún efecto significativo en los adultos.
Puede proteger la vista con la edad
La degeneración macular asociada a la edad (DMAE) es una de las causas más frecuentes de discapacidad visual y ceguera, que afecta principalmente a los adultos mayores.
Se ha demostrado que el pescado y los ácidos grasos omega-3 pueden proteger contra esta enfermedad.
En un estudio, el consumo regular de pescado se asoció a una reducción del 42% del riesgo de DMAE en las mujeres.
Otro estudio demostró que comer pescado azul una vez a la semana se asociaba a una reducción del 53% del riesgo de DMAE neovascular ("húmeda").
El pescado puede mejorar la calidad del sueño
Los trastornos del sueño se han vuelto increíblemente comunes en todo el mundo.
El aumento de la exposición a la luz azul puede desempeñar un papel, pero algunos investigadores creen que la deficiencia de vitamina D también puede influir.
En un estudio de seis meses con 95 hombres de mediana edad, una comida de salmón ingerida tres veces por semana produjo mejoras tanto en el sueño como en el funcionamiento diario.
Los investigadores especulan que esto se debe al contenido de vitamina D.
Delicioso y fácil de preparar
El pescado es delicioso y fácil de preparar.
Por esta razón, debería ser relativamente fácil de incorporar a la dieta. Basta con comer pescado una o dos veces por semana para beneficiarse de él.
Siempre que sea posible, elija pescado salvaje en lugar de pescado de piscifactoría. El pescado salvaje suele contener más ácidos grasos omega-3 y es menos probable que esté contaminado con sustancias nocivas.
El salmón puede hornearse, freírse, asarse o hervirse. Combina bien con una gran variedad de verduras y semillas.
Contraindicaciones del Marisco
No existen contraindicaciones específicas para consumir mariscos en general. Los mariscos son una fuente saludable de proteínas y nutrientes esenciales, y se pueden consumir como parte de una dieta saludable y equilibrada. Sin embargo, es importante recordar que cualquier tipo de carne debe consumirse en cantidades moderadas y cocinarse adecuadamente para evitar enfermedades transmitidas por los alimentos. Además, algunas personas pueden tener alergias a los mariscos, por lo que es importante hablar con un médico antes de agregarlo a la dieta.
¿Cuándo esta el marisco de temporada?
No hay casi nadie que no haya oído que el marisco se come mejor en los meses con "r", sobre todo si tienes un gallego cerca. Pero lo que parece un dicho popular tiene mucho de verdad.
De hecho, el ciclo reproductivo de la mayoría de las especies de mejillones tiene lugar entre mayo y agosto, cuando las hembras pesan menos y ponen huevos, por lo que están más vacías. Por eso, la mejor época para comerlos es entre septiembre y abril. Esta es una regla general, pero seamos más concretos.
Langostinos, cangrejos, ostras y mejillones están de temporada todo el año. Los berberechos se compran mejor entre octubre y abril, las vieiras entre noviembre y marzo, los cangrejos de julio a octubre y las gambas de mayo a agosto.